Enfermedades transmitidas por las garrapatas

Text: Fernanda Gallastegui Ante  // Foto: FerVet consulta veterinaria
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Las enfermedades transmitidas por las garrapatas en los perros y gatos son una preocupación creciente debido a que  la sociedad es cada vez más consciente de los problemas de salud que estos insectos pueden acarrear a nuestras mascotas.

Por lo que es importante estar bien informado sobre estas enfermedades, su forma de transmisión, en cómo prevenirlas y tratarlas adecuadamente. Hay varias enfermedades que las garrapatas pueden transmitir a nuestros perros y gatos

Ehrlichiosis canina: causada por una bacteria llamada Ehrlichia canis, afecta al sistema inmune, puede provocar fiebre, anorexia, letargo, pérdida de peso, anemia, sangrados espontáneos, etc. Para su diagnóstico es necesario realizar pruebas sanguíneas y poner un tratamiento lo antes posible ya que si no se trata puede llegar a ser fatal.

Babesiosis: enfermedad parasitaria provocada por Protozoos como la Babesia canis y la Babesia gibsoni puede presentarse como una enfermedad asintomática o dar cuadros de anemia hemolítica, debilidad, fiebre, ictericia, vómitos, etc. La enfermedad puede llegar a ser grave o incluso mortal en caso de animales jóvenes, muy mayores o debilitados. El tratamiento puede ser a base de antiprotozoarios, antibióticos o transfusiones de sangre , según sea el cuadro que se presente en cada paciente

Anaplasmosis: enfermedad causada por una bacteria intracelular (A.platys y A. phagocytophilum) puede afectar a las plaquetas o a los glóbulos blancos, la enfermedad puede ser asintomática pero si presenta síntomas suelen de evolución aguda dando síntomas inespecíficos como: letargia, fiebre, mucosas pálidas, cojeras, hipersensibilidad, rigidez, los menos habituales son hemorragias, vómitos o diarreas. Se diagnostica por medio de análisis sanguíneos y debe instaurarse un tratamiento lo más pronto posible para la estabilización del animal. Como no hay vacuna que prevenga esta bacteria, lo mejor es evitar que la garrapata pique al animal. La prevención es la forma de atacar a través de antiparasitarios y revisar el pelaje de nuestra mascota para evitar que la garrapata se enganche y pueda transmitir la enfermedad. Si quitamos las garrapatas a tiempo (menos de 24 horas) podemos reducir el riesgo de contraer la enfermedad.

Enfermedad de Lyme: enfermedad bacteriana causada por la bacteria Borrelia bugdorferi,transmitida por la picadura de una garrapata. La fase de incubación puede ser larga y presentar varios signos o pasar inadvertida, los signos más típicos son: dolores musculares, cojeras, ganglios inflamados, fiebre, cansancio, insuficiencia renal, etc. Para poder diagnosticar la enfermedad son necesarias pruebas sanguíneas en busca de los anticuerpos que produce el organismo para defenderse, aunque es posible que en los primeros estadios puedan dar valores negativos, aún estando enfermos. Una  revisión exhaustiva por parte del profesional veterinario, sumada a los resultados de los análisis, es de suma importancia para llegar a un buen diagnóstico y poner cuanto antes el tratamiento adecuado. El tratamiento se basa principalmente en antibióticos que se dan por tiempo prolongado y en combinación con antiinflamatorios si son necesarios según el caso.

Hepatozoonosis: enfermedad producida por un protozoo, el Hepatozoon canis, los casos se dan en temporada de primavera y verano. A diferencia del resto de las enfermedades que hemos hablado hasta ahora aquí se requiere que el perro ingiera la garrapata para poder contraer la enfermedad. Cuando la garrapata llega al tracto digestivo, el protozoo atraviesa las paredes intestinales pudiendo provocar diarreas con sangrado, afecta también a los ganglios linfáticos, el hígado dando síntomas variados y de forma cíclica. Los síntomas pueden ser  letargo, anemia, fiebre, dolor muscular, diarreas con sangre hasta parálisis. Los tratamientos son  largos, de tres a cuatro semanas, pero esto no asegura la curación total, puede tener recaídas cada cierto tiempo, todo depende de la fortaleza de respuesta del sistema inmune del perro y de la virulencia del parásito.

Lo realmente importante es que estemos atentos a nuestras mascotas, les desparasitemos convenientemente, siguiendo los ritmos adecuados de cada producto (pipetas o pastillas); los hay de un mes, de cada tres meses y los collares que vienen de varias fechas de efectividad para esto incordiantes parásitos. Y sobre todo preguntad al profesional veterinario para que os ayude en la mejor elección para vuestra mascota y el ritmo de vida que lleva. ¡Siempre es mejor prevenir que curar!

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